Los usuarios del trabajo botánico.
Eduardo Sahagún G. 14-ago-2001.
 

El botánico por definición estudia las plantas y lo puede hacer desde un punto de vista biológico (estudiando a cada especie vegetal por separado) o ecológico (estudiándolas en conjunto, cuando forman comunidades). En el primer caso se habla de estudios florísticos y en el segundo, de estudios de vegetación.

Pero el trabajo de alguien debe tener aplicación, pues de otro modo no tiene sentido. Debe ser útil para algo, o para alguien. Con esto en mente, analizaremos entonces el quehacer del botánico desde el punto de vista de los usuarios del producto de su trabajo.

Para fines prácticos, el quehacer del botánico puede tener usuarios directos o indirectos. Los usuarios directos son aquellos que tienen contacto personal con el botánico y pueden influir en la manera en que éste realiza su trabajo. Es trabajo “hecho a la medida.” En este caso tenemos por ejemplo la asesoría que presta a las Consultorías sobre Impacto Ambiental, que consiste en elaborar listados florísticos de las especies leñosas presentes en los predios sujetos a evaluación, con especial interés en las especies que pudieran ser endémicas o estar sujetas a algún grado de protección (especies listadas en una Norma Oficial Mexicana). En esta categoría se encuentra también el servicio de identificación que presta el botánico a aficionados a la jardinería, agrónomos y otros individuos. Estas actividades, aunque son importantes y pueden ocupar una parte sustancial de las actividades diarias del botánico, no tiene mucha trascendencia.

Por otro lado, el botánico genera publicaciones de diversa índole para usuarios indirectos, que con frecuencia nunca conocen al autor o incluso siguen usando su trabajo más allá de su muerte. Estos productos son por lo tanto mucho más trascendentes y constituyen el objetivo principal de la actividad profesional de los botánicos. Estas publicaciones científicas suelen tener límites geográficos o taxonómicos.

Los listados florísticos y las floras son productos que se limitan geográficamente. Los primeros son el resultado de la exploración exhaustiva de una región seleccionada y presentan con frecuencia resultados preliminares. En muchas ocasiones no son más que listas de nombres científicos y referencias a ejemplares de herbario con función de respaldo. Las floras son trabajos mucho más completos, con claves de identificación, descripciones extensas de todos los taxa, datos ecológicos y de distribución, muchas veces suplementados con mapas de distribución e ilustraciones de algunas especies. Estas publicaciones a veces reciben el título de “manuales.” En ocasiones a los listados florísticos se les asigna erróneamente la categoría de floras. Debido a que estos trabajos con frecuencia presentan errores más o menos numerosos son considerados poco rigurosos por ciertos grupos de científicos, sin embargo son una parte fundamental para la exploración de nuevas regiones y son fuente de ejemplares e información útil para trabajos de mayor envergadura.

Las revisiones y las monografías son productos limitados taxonómicamente. Es decir, estudian todas las especies que constituyen un grupo de plantas, sin importar en cual parte del mundo se encuentren. Las revisiones se centran en el estudio taxonómico, mientras que las monografías abordan, además del tratamiento taxonómico, muchos otros estudios como morfología, anatomía, genética, etc. Indudablemente las monografías ocupan el grado máximo en cuanto a rigor y valor científico y con frecuencia se publican en los últimos años productivos de los botánicos.

 

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© 2006. Eduardo Sahagún Godínez.
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Última modificación: 22 de August de 2006.